Reservas, deuda en pesos y esquema cambiario: ¿Qué va a hacer el Gobierno?

Tras las elecciones, el Gobierno relanza su estrategia financiera con recompras de bonos, licitaciones de deuda en pesos a largo plazo y negociaciones internacionales para fortalecer las reservas. Sin embargo, el nuevo escenario exige también ajustes en el esquema cambiario y la política monetaria.

Con el resultado electoral ya definido, en la primer semana el Ministerio de Economía muestra señales de como va a intentar estabilizar variables importantes de la macroeconomía. La estrategia se despliega, a priori, en tres frentes simultáneos:

1. Dólar y reservas: estabilización con apoyo externo

El equipo económico retomaría la compra de reservas, amparado en un esquema de bandas cambiarias que va de $936 a $1.494. Se negocian nuevos acuerdos por USD 20.000 millones con bancos y fondos soberanos, además del respaldo explícito de Estados Unidos. El objetivo es cubrir vencimientos de deuda en dólares en noviembre y diciembre, y recuperar acceso a los mercados internacionales bajando el riesgo país, el cual ha bajado sustancialmente al comienzo de la semana, pero para poder acceder al mercado a tasas razonables debe bajar aun más. A tal efecto, el valor de los bonos en dólares debe subir. 

Sin embargo, la apreciación del peso en el mercado oficial —producto de la contención cambiaria— va a contramano del objetivo de acumular reservas. Esto genera una tensión estructural, en donde, si el tipo de cambio se mantiene artificialmente bajo, el Banco Central pierde competitividad para comprar divisas. Por eso, se anticipa un necesario retoque en el esquema cambiario y monetario para alinear incentivos y evitar un drenaje de reservas.

2. Bonos en pesos: baja de tasas y reactivación del crédito

Antes de una licitación en el día de hoy en una magnitud de $12 billones, en la previa el Tesoro recompró bonos por $1,2 billones para reducir los rendimientos en pesos. La meta es normalizar la curva de tasas y reactivar el crédito privado. En un contexto de escasez de pesos y cobertura en dólares del sector privado, el Gobierno podría no renovar todos los vencimientos para inyectar liquidez. Además, busca refinanciar $86 billones en los próximos tres meses con plazos más largos, aprovechando el nuevo clima de expectativas.

3. Letras en pesos de largo plazo: señal de confianza y orden fiscal

El Tesoro anunció la licitación de cinco instrumentos en pesos, varios con vencimientos extendidos hasta 2026 y 2027:

Estas emisiones marcan un cambio en el enfoque, ahora el Tesoro  busca cambiar los plazos de la deuda en pesos, es decir, descomprimir vencimientos de corto plazo y alargar el horizonte de los vencimientos lo máximo posible. En este nuevo escenario, es vital atraer a  inversores institucionales con tasas capitalizables mensuales y reconstruir una curva de rendimientos predecible. Por lo tanto, la emisión de deuda a más de un año de plazo dado el nuevo contexto es una señal de transmisión de confianza en la estabilidad futura.

En conjunto, estas medidas apuntan a ordenar las expectativas, reducir la volatilidad y preparar el terreno para una transición económica más previsible. No obstante, el éxito dependerá de cómo se ajuste el régimen cambiario en la búsqueda de evitar que la apreciación del peso erosione la acumulación de reservas, el verdadero talón de Aquiles del modelo actual.


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