¿El último round con el FMI?
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, lanzó una frase que dejó a todos recalculando: “Tal vez este sea el último programa de la Argentina con el FMI.
Mientras Luis Caputo y su equipo económico siguen en Washington negociando un nuevo paquete de ayuda, Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, dejó definiciones que encendieron el radar político y financiero. El Fondo, según ella, está coordinando con EE.UU., el Banco Mundial y el BID para armar un combo financiero que le tire un salvavidas a Argentina. Entre las opciones, se evalúa que EE.UU. transfiera Derechos Especiales de Giro (DEG), como hizo con Qatar en 2023. El objetivo es reforzar las reservas para que el país pueda afrontar los vencimientos de deuda en dólares.
Pero lo que más llamó la atención fue su frase:
“Si me pongo mi sombrero de optimista, tal vez pueda decir que podría ser el último programa del FMI con Argentina.”
Para que eso ocurra, Georgieva dejó claro que Argentina debe alcanzar autonomía financiera. Es decir, acumular reservas, mejorar su balanza comercial y sostener el pago de sus obligaciones en moneda extranjera.
“Cuando el país pueda afrontar las obligaciones del servicio de la deuda y las presiones internas, con una sólida posición de reservas, entonces, por supuesto, podrá continuar implementando sus programas y mantener a la población argentina comprometida.”
Pero no todo son tecnicismos económicos para Georgieva, ya que puso el foco en el factor político y social:
“Uno de los principales retos es hacer que la gente entienda que un déficit en expansión y un mayor gasto público no necesariamente son buenos para ellos.” Y agregó: “Mi sueño es que Argentina se valga por sí sola. Tiene todos los ingredientes para prosperar. Lo que le faltaba era en el ámbito político.”
La titular del FMI elogió la disciplina fiscal del país, pero advirtió que sin respaldo social, no hay reforma que aguante.
Como ejemplo, citó casos en Europa del Este donde líderes aplicaron recortes de hasta el 50% en pensiones y salarios y fueron reelectos. Claro pero eran países que vivieron décadas bajo regímenes comunistas, enfrentaron reformas estructurales con una narrativa de “sacrificio para avanzar”, lo que facilitó el acompañamiento social. Por ende, la propaganda política en este caso se da en un marco de una comunicación efectiva y confianza hacia los líderes.
Ahora bien, ¿esto es aplicable en Argentina? Va a depender de la reacción del pueblo argentino. Si se somete a más ajustes con la esperanza de un futuro mejor, o si, por el contrario, le da la espalda al gobierno de turno. Por lo tanto, la factibilidad del deseo de Georgieva —de que este puede ser el último round de Argentina con el FMI— es difícil.