Brasil y México como potencias mundiales: ¿realidad o exageración mediática?

Ambos países muestran crecimiento sostenido, pero ¿es suficiente para alterar el orden económico global?

El presidente de Brasil, Lula Da Silva junto con la presidente de México, Claudia Sheinbaum. 



En los últimos días me encontré con una nota publicada por El Cronista titulada “Se acercan nuevas potencias mundiales: EE.UU. y China están bajo alerta roja por dos países latinos que arruinarían sus economías y alianzas”, la cual, me resultó muy atractiva para darle el "click".


Luego de una lectura rápida, percibí que el artículo era sensacionalista y carecía de rigor analítico. Su lenguaje alarmista —con frases como “alerta roja” y “arruinarían sus economías”— respondió, a mi criterio, más a una estrategia de clickbait que a una lectura seria del contexto económico global.


El clickbait se caracteriza por promesas impactantes que rara vez se cumplen en el contenido, es habitual en determinados medios digitales, en donde se utilizan titulares exagerados para atraer click.


La nota en cuestión cita estudios de PwC y Standard Chartered que proyectan a Brasil y México entre las diez economías más grandes del mundo en términos de Producto Interno Bruto ajustado por Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), omite aclarar que este indicador no refleja influencia geopolítica ni capacidad tecnológica. El factor de conversión PPA es un deflactor espacial de precios y un conversor de divisas que elimina los efectos de las diferencias en los niveles de precios entre países. Si bien es válido para comparar cuánto puede comprar una persona en su país, no lo es para comparar cuánto pesa esa economía en el comercio global o en la toma de decisiones internacionales.

Por lo tanto, para analizar si realmente Brasil y México son países que pueden arruinar las economías de Estados Unidos y China, recurrí a la base de datos de indicadores de desarrollo mundial del Banco Mundial y utilizar la tabla de PIB, PPA ($ a precios internacionales actuales) del Programa de Comparación Internacional.


En la serie de los últimos años, se puede apreciar como China y Estados Unidos tienen altos niveles de PIB PPA. En la comparación con México y Brasil, se puede observar que si bien estos países tienen un crecimiento sostenido, el mismo es en niveles muy por debajo de los lideres. Por ende, en la actualidad ni México ni Brasil están cambiando el orden mundial.

A continuación, comparto el gráfico con la evolución de este indicador para el periodo 2009-2024.


Además, el artículo ignora los desafíos estructurales que enfrentan ambos países. Por un lado, tenemos a Brasil que en los últimos años ha tenido que lidiar con niveles de deuda y de gasto público, muy altos respecto a su PBI; y a su vez manifestó volatilidad cambiaria y adicionalmente cuenta con una economía dependiente de las exportaciones de commodities.

Con respecto a México, enfrenta una baja inversión en ciencia y tecnología, y una fuerte dependencia comercial de Estados Unidos.

Estas limitaciones dificultan su capacidad de convertirse en potencias globales, más allá de su crecimiento proyectado.

En cuanto a su especialización productiva, Brasil se destaca en agroindustria y energía, pero tiene baja diversificación tecnológica. México sobresale en manufactura para exportación, aunque con escasa innovación propia. Ninguno de los dos lidera sectores estratégicos como inteligencia artificial, biotecnología o semiconductores, que definen el liderazgo global actual.

La nota también sugiere que el mundo se encamina hacia una era multipolar, donde América Latina tendría un rol decisivo. Si bien es cierto que el orden global está cambiando, eso no implica que Brasil y México lideren ese proceso. Podrían tener mayor protagonismo, sí, pero no al nivel que se plantea. El crecimiento económico de ambos países representa una oportunidad regional, pero no una amenaza para las economías de Estados Unidos y China.

En conclusión, el artículo ofrece una narrativa atractiva pero carente de rigor. El uso de titulares tipo clickbait, la omisión de datos y la exageración de proyecciones lo convierten en una pieza más emocional que analítica. Si bien Brasil y México poseen un gran potencial, aún enfrentan desafíos estructurales que dificultan su consolidación como potencias globales.




Para comprender el futuro económico de América Latina, es imprescindible dejar de lado el sensacionalismo y apostar por análisis serios que enriquezcan el debate. Solo así se podrán generar las condiciones necesarias para transformar la mentalidad de los líderes regionales y sentar las bases de un desarrollo económico sostenible. Este enfoque permitiría avanzar hacia una integración económica sólida, capaz de posicionar a América Latina como un bloque regional con fuerte incidencia en el comercio mundial.

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