Encajes récord y licitación de deuda: el Gobierno busca absorber pesos en medio de la desconfianza

Con el riesgo país en alza y el Merval en retroceso, el Gobierno apuesta a medidas agresivas para contener la presión financiera y renovar deuda por $7,7 billones.



En un contexto político desafiante, marcado por la desconfianza interna en el triángulo de hierro y las crecientes sospechas de corrupción, la economía argentina transita una etapa de alta volatilidad, con tasas elevadas que buscan contener la presión cambiaria. En este escenario, el Banco Central anunció nuevas medidas que endurecen el apretón monetario.  


A partir del 1° de septiembre, se incrementarán en 3,5 puntos porcentuales los encajes bancarios, que podrán integrarse con letras del Tesoro a más de 60 días. Además, se elevó en 2 puntos la porción de encajes que puede cubrirse con títulos públicos, llevando el coeficiente total sobre cuentas corrientes al 53,5%, el nivel más alto en tres décadas.



El objetivo detrás de estas decisiones busca generar una demanda adicional de $5,1 billones y canalizarla a través del Tesoro para absorber pesos excedentes. En línea con esta estrategia, el Tesoro licitará hoy tres Lecap —una con vencimiento corto en septiembre de 2025 y dos a mediano plazo en enero y febrero de 2026—, junto con dos letras TAMAR para enero y febrero de 2026 y dos dólar linked con vencimientos en septiembre de 2025 y enero de 2026. Para que tengan una dimensión de lo que puede pagar los instrumentos a tasa TAMAR, la tasa ya superó el 60% y sigue al alza. La deuda a renovar asciende a $7,7 billones, y el Gobierno espera un rollover superior al 80%.


Sin embargo, las últimas jornadas estuvieron marcadas por un fuerte sell-off en el mercado argentino. La presión vendedora se intensificó ante las señales de incertidumbre política, provocando caídas pronunciadas en los principales activos financieros. El índice S&P Merval retrocedió con fuerza, arrastrado por bajas generalizadas en acciones líderes —especialmente bancos y energéticas—, mientras los bonos soberanos en dólares también sufrieron pérdidas, reflejando un deterioro en la percepción de riesgo país. En este contexto de alta volatilidad, la búsqueda de cobertura y liquidez se impuso sobre el apetito por activos locales, configurando un episodio de liquidación masiva que dejó al mercado en estado de alerta y con expectativas cautelosas frente a instrumentos de mayor duración.


Las medidas adoptadas por el Banco Central y el Tesoro apuntan, en definitiva, a mejorar las condiciones de la licitación de hoy, reforzando la absorción de pesos en búsqueda de contener el alza del dólar y sosteniendo la estabilidad financiera en un momento de alta sensibilidad política y económica.





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