El Tesoro compra dólares y el BCRA no ¿Jugada maestra o riesgo oculto?
El ministro de Economía Luis Caputo confirmo que el Tesoro Nacional adquirió la suma de 200 millones de dólares en una compra en bloque.
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Luego de un profundo debate entre diversos economistas —incluyendo voces opositoras, funcionarios del gobierno y economistas neutrales y objetivos, como quien escribe estas líneas— sobre si el BCRA debe intervenir en el mercado comprando dólares y acumular reservas internacionales, las críticas, observaciones y recomendaciones se multiplicaron.
En ese contexto, José Luis Daza, actual secretario de Política Económica, salió públicamente la semana pasada a respaldar al ministro Luis Caputo y a defender con firmeza el programa económico del Gobierno.
Daza afirmó que el tipo de cambio “flota” y que no está siendo intervenido por el Banco Central. Minimizó el déficit de cuenta corriente, atribuyéndolo al crecimiento y la inversión, y sostuvo que “los argentinos no están acostumbrados a una economía sin controles”, insistiendo en que el país está en un proceso de salida del cepo.
Sin embargo, horas más tarde y con el debate ya en plena ebullición, fue el propio ministro Caputo quien confirmó que el Tesoro había concretado días atrás una compra en bloque de 200 millones de dólares, utilizando para ello los pesos provenientes del superávit fiscal.
Para que ustedes tengan una idea, el superávit primario en mayo fue de 1,69 billones de pesos, que luego de abonarse intereses netos por 1,03 billones de pesos quedó un resultado financiero de 0,66 billones de pesos.
Por lo tanto, sólo con el superávit financiero de mayo el Tesoro tiene la posibilidad de adquirir aproximadamente la suma de 545 millones de dólares, dependiendo el tipo de cambio de la fecha que realizará las operaciones. A esto hay que sumarle el margen de acción de los superávits acumulados de períodos anteriores.
Sin embargo, surgen interrogantes si esto sería una jugada maestra o bien, hay un riesgo oculto detrás de esta decisión.
La semana pasada en un estudio que realice sobre la balanza comercial, manifestaba que la tendencia de las exportaciones estancadas con un crecimiento del nivel de las importaciones hacia mermar el saldo positivo de la balanza comercial. Por lo tanto, los dólares que el BCRA podría acumular mediante la compra de las exportaciones argentinas, una fuente realmente genuina, se estaba diluyendo en el contexto actual.
No obstante, la ausencia de acumulación de reservas vía balanza comercial, sumada a una salida neta de divisas por formación de activos externos del sector privado no financiero, en mayo alcanzó los 3.226 millones de dólares, según datos del Balance Cambiario del BCRA, incrementó las tensiones cambiarias, parcialmente compensados por los ingresos netos de préstamos financieros y líneas de créditos por USD 1.247 millones.
Este flujo, evidenció una marcada preferencia por la dolarización de portafolios, tanto de personas humanas como jurídicas, en un entorno de creciente liberalización del régimen cambiario.
Si bien dicho comportamiento resulta consistente con un esquema post-cepo, la simultaneidad de estos dos factores introduce un punto de inflexión: ¿es sustentable la acumulación de reservas mediante superávits fiscales y fondeo en moneda extranjera, o se requerirá fortalecer el frente externo a través de incentivos que amplíen el volumen exportador en una macro de mayor flexibilidad cambiaria?
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