La inflación se mantiene estancada y hace disminuir la interanual al 66,9%

La inflación minorista mantiene la tendencia a la baja, por segundo mes consecutivo, el ministro Luis Caputo tuvo una inflación interanual menor al 100%.

Luis Caputo, Ministro de Economía de la República Argentina

Según lo publicado por el INDEC en el día de hoy, el nivel general del IPC en febrero de 2025 fue del 2,4 %, la desaceleración inflacionaria es una realidad, la inflación interanual a febrero de 2024 es de 66,9%.


Lejos quedó la supuesta dolarización de la economía que pregonaba el actual presidente Javier Milei, quien parafraseando a Milton Friedman, manifestaba que “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”, la realidad es que, empíricamente, la frase es una condición necesaria pero no suficiente.

Al reducir la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal, la cantidad de dinero por esta vía disminuye proporcionalmente, por ende, influye en la reducción de la inflación, pero no la elimina de cuajo.

La reducción de la emisión monetaria por haber logrado el equilibrio de las cuentas fiscales, sumada a una política cambiaria de crawling peg con devaluaciones mensuales del 2%, le puso un techo a la inflación mayorista que depende bastante de los productos importados.


Adicionalmente, los últimos datos sobre la producción industrial manufacturera reflejan una caída generalizada, lo que constituye una señal clara del enfriamiento económico.


Las causas son múltiples. Si nos enfocamos en lo micro y tomamos como ejemplo un sector específico, el Ing. Emiliano Saltamerenda —referente en la industria de bienes de capital y fabricante de transformadores— señala que actualmente existe un sobrestock de estos equipos en las empresas distribuidoras de energía eléctrica.

Este fenómeno responde a dos factores principales. Por un lado, hacia el final del gobierno anterior, las restricciones a las importaciones generaban demoras significativas en la entrega de materiales. Por otro lado, esta situación se revirtió a comienzos de 2024, cuando el gobierno actual liberó las importaciones, lo que permitió regularizar el abastecimiento pero también provocó una acumulación de inventario.


Pero la menor obra pública, para mantener el déficit cero, y además, una menor cantidad de obras nuevas en la actualidad, hicieron que no se consuma todo el material que se había acumulado por la liberalización de las importaciones.


Por lo tanto, hay un desfasaje, que genera que las distribuidoras de energía eléctrica, como EDESUR y EDENOR, tengan un nivel de stock muy alto, y por ende, disminuyan la cantidad de nuevos pedidos.

Ahora bien, la inflación de febrero fue impulsada por:

-Vivienda, agua, electr. y combustible 3,7%
- Alimentos y Bebidas no alcohólicas 3,2%
-Recreación y Cultura del 2,9%


Como se puede observar, estos rubros no dependen exclusivamente de los productos importados. La variación de precios responde a una combinación de factores: el aumento de los servicios públicos, la falta de competitividad y los elevados márgenes de ganancia en determinados sectores.

Desde noviembre de 2024 hasta hoy, atravesamos un proceso de desaceleración tanto en el crecimiento económico como en la inflación. Aunque los indicadores muestran una tendencia descendente, el desafío sigue siendo consolidar esta dinámica sin perder impulso productivo ni deteriorar el poder adquisitivo.

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