La participación del productor en los precios de góndola es menor, la brecha IPOD en mínimos
El Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por CAME, marca que la brecha IPOD está en valores mínimos, al cerrar Diciembre 2024 en un 21%, el valor más bajo de los últimos dos años.
Para que el lector pueda entender que es lo que significa el IPOD, es un índice que busca conocer la brecha de precios entre dos momentos de la etapa de comercialización de un producto agropecuario.
El primer momento es el precio de origen, el cual, es el precio que recibe el productor.
El segundo momento es el precio de destino, el cual, es el precio que abona el consumidor en góndola.
Según la evolución mensual de este índice, indica que en Diciembre de 2024, la participación del productor explicó un 21% de los precios de venta final.
Esto quiere decir que, los precios de los agro alimentos en Diciembre 2024 se multiplicaron por 3,9 veces del campo (origen) a la góndola (destino).
La equivalencia es que el consumidor pagó $3,9 por cada $1 que recibió el productor.
En promedio, la participación del productor en Diciembre 2024 fue un 11,4% menos respecto al mes anterior.
La pregunta es ¿por qué el consumidor tuvo que pagar proporcionalmente un precio mayor al que recibe el productor?
La respuesta está relacionada, en gran parte, con los elevados costos de transporte y de los impuestos que encarecen la oferta local.
Por otro lado, también afecta negativamente, la cuestión de mantener una rentabilidad alta en este tipo de productos en los puntos de venta final, quizás intuitivamente para recuperar rápidamente parte de los costos fijos, como el alquiler, etc. Por ende, en la góndola se encarece demasiado el producto.
La dispersión de precios es notable, pongo el ejemplo del tomate. En mi caso particular, cerca de mi casa, en la misma cuadra conviven 3 verdulerías. La misma calidad de tomate tiene 3 precios diferentes. Los precios por kilo varían y son $2400, $1500 y $1000 (comprando dos kilos).
A priori, por deducción, hay un tema con la rentabilidad.
Entonces la nueva pregunta es ¿Si los que comercializan en góndola, o sea el punto de venta final, ganan lo mismo cediendo en rentabilidad por producto pero vendiendo una mayor cantidad?
Quizás sería un buen punto de partida para aumentar el consumo como consecuencia de un menor precio. Es cuestión de salir de la zona de confort y generar competitividad.
Por el lado de los productores regionales, conviven en un contexto de consumo débil, altos costos de logística, alta presión impositiva y como si esto fuera poco, de apreciación cambiaria, que genera la llegada de productos importados que compiten con los productores locales en desigualdad de condiciones, generando problemas de competitividad. Para poder subsanar este contexto, es muy importante nivelar la cancha y crear las condiciones necesarias para que el consumidor pueda obtener productos a un mejor precio.
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