La suba sostenida del nivel de importaciones se contrasta con el estancamiento de las exportaciones ¿Es sostenible?

En mayo de 2025, las exportaciones disminuyeron un 7,4% y las importaciones aumentaron un 29,4% respecto a mayo de 2024. El saldo comercial fue superavitario pero siembra el interrogante respecto a la sustentabilidad de la tendencia respecto al contexto local e internacional.

Comercio internacional de bienes entre Argentina y Uruguay en el puerto de Montevideo

Según los datos del INDEC en el mes de mayo, las exportaciones alcanzaron 7.095 millones de dólares y las importaciones, 6.488 millones de dólares, por lo tanto, se registró un superávit de 608 millones de dólares de la balanza comercial.

El intercambio comercial (exportaciones más importaciones) aumentó 7,1% en relación con igual mes del año anterior, y alcanzó un monto de 13.583 millones de dólares. Claro, pero el aumento del intercambio comercial es explicado solamente por el aumento significativo de las importaciones.

Los bienes importados aumentaron un 39,4% en cantidades pero el efecto de un precio menor hizo que el resultado no sea aún más perjudicial para la Argentina. Para que tengan una idea el superávit comercial en mayo fue de 608 millones de dólares pero el ahorro por un precio menor fue de 458 millones de dólares, Por lo tanto, el resultado consolidado del nivel de importaciones restando el efecto precio fue del 29,4%.

La participación de las importaciones estuvo compuesta principalmente por Bienes Intermedios, Piezas y accesorios de bienes de capital y Bienes de Capital, la sumatoria de estos tres rubros explican más del 72% de las importaciones argentinas en mayo. 

Lo que si hubo fue un incremento notable en la importación de bienes de consumo y de vehículos automotores de pasajeros, 75% y 160% respectivamente respecto a mayo de 2024.

Este fenómeno puede explicarse principalmente por dos factores. Por un lado, la apreciación del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), en torno del 10% interanual en mayo de 2025, abaratando en términos relativos los productos importados. Por otro lado, una demanda que venía contenida desde el salto cambiario de finales de 2023 encontró un fuerte impulso gracias a la eliminación del impuesto PAIS y de ciertos aranceles a las importaciones. La combinación de estos elementos derivó en un aumento significativo de la demanda de estos bienes.

Un caso particular fue el de Brasil, evento que he estudiado a principios de este mes, ver nota: Comercio con Brasil.

Desde el lado de las exportaciones argentinas, las mismas disminuyeron un 7,4%, explicado principalmente por la caída en las cantidades exportadas en un 6% y en la disminución de los precios en un 1,5%.

La participación de las exportaciones estuvo compuesta principalmente por Manufacturas de origen agropecuarias y de Productos Primarios, 35,1% y 28,1% respectivamente. 


Hay que destacar que el único rubro que tuvo un crecimiento en las exportaciones fue el de manufacturas de origen industrial con una variación interanual (i.a) del 2,1%.

En cuanto al resto, tuvieron caídas, sobresaliendo la disminución en las exportaciones interanuales de un 29,2% de Combustible y Energía y del 11,3% de las manufacturas de origen agropecuario. 

El incremento en el nivel de importaciones, en un contexto de exportaciones prácticamente estancadas, está erosionando gran parte de las saldos superavitarios que el país había registrado el año pasado. 

A continuación les detallo un gráfico, en donde se observa como la evolución del saldo comercial es menor respecto al mismo periodo del año pasado.


La pregunta que surge de este gráfico, es si la suba sostenida del nivel de importaciones es sostenible con el estancamiento del nivel de exportaciones dado el nuevo contexto, con un régimen cambiario de tipo de cambio flotante dentro de un esquema de bandas cambiarias. En este nuevo régimen, el BCRA no compró reservas internacionales, porque el valor del dólar no está cerca del piso de la banda cambiaria, por ende, no acumuló reservas por esta vía. Pero tampoco vendió reservas para atender a la demanda de los importadores. Por lo tanto, el efecto es neutro, obligando a los importadores a financiar sus operaciones por su cuenta.

La segunda pregunta que surge, es si el valor del dólar promedio de $1200 de este esquema es sostenible para mejorar la competitividad de los productos de las exportaciones argentinas.

Y la última pregunta que surge, es qué sucedería si el Banco Central interviene para comprar reservas para acumular.

En este caso, la intervención del Banco Central haría que suba el tipo de cambio, y que a su vez produzca un aumento en el nivel de exportaciones acompañado de una estabilización del nivel de importaciones, obteniendo como resultado un aumento en el saldo comercial sin tener impacto inflacionario. Es muy probable que el ancla cambiaria no sea condición necesaria y suficiente para mantener a raya la inflación sino que el ancla fiscal combinada a la acumulación de reservas a través de sucesivos saldos comerciales superavitarios sea más efectiva. 

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